ARMAS DE DESTRUCCION MASIVA




“Si lo mas importante para crecer y crear empleo, que es gran objetivo nacional,  es reducir el déficit público, yo le aseguro a usted que nuestros compromisos los vamos a cumplir”.
Una expresión rotunda que intenta trasladar con firmeza que, quien la dice, tiene claro cuál es la fórmula a aplicar para resolver el problema del paro y del desaguisado económico al que estamos sometidos.
Así se expresó Mariano Rajoy en la entrevista que le relazaron esta semana en RTVE.
Tanto en matemáticas como en la vida real (a la que damos la bienvenida al señor presidente, que según dice, se acaba de topar con ella) la resolución de un problema pasa por analizar los datos de que se dispone, buscar teorías que a la luz de los datos puedan dar los resultados demandados, y aplicarlas.
Cualquiera que trabaje con teorías sabe que lo más importante es partir de axiomas indiscutibles. Una premisa que no está contrastada o que incluso sea fácil de demostrar que no siempre se cumple, o lo que es peor, que se haya contrastado que no funciona, tira por tierra todo el desarrollo posterior del teorema.
Es como si los pilares del edificio en construcción estuvieran fabricados con elementos de dudosa calidad o, lo que es peor, con los mismos materiales que otros edificios que se han derrumbado.
Por eso la expresión del Presidente del Gobierno de España me provocó escalofríos en el momento que la escuché.
El señor Rajoy hará cualquier cosa para cumplir los objetivos de déficit público porque parte de la premisa de que así se crea empleo y se genera riqueza.

Aplicará contundentemente una teoría para resolver el problema principal de este país partiendo de una premisa que no solo es dudosa, sino que se ha demostrado en repetidas ocasiones que, lejos de dar el resultado buscado, produce efectos totalmente contrarios.
Entonces, ¿por qué asegura con tanta vehemencia que este es el camino?
O bien porque nos ha engañado en los objetivos, es decir en el resultado buscado. Luego está mintiendo.
O bien porque alguien le está tutelando la resolución del problema y le asegura que ese es el camino más adecuado para resolverlo.
O bien por ambas cosas.
Los escalofríos aumentan.
Extraña asociación de ideas e imágenes viene a mi mente.

De repente veo un paralelismo con el segundo mandato de Aznar, con su mayoría absoluta, con su foto en el rancho de Texas (tutela), con sus mentiras sobre las armas de destrucción masiva (premisa), con su contundencia en la defensa de la guerra como única solución al problema (teoría) y con sus mentiras en el objetivo, con su desprecio a las multitudinarias manifestaciones en contra.

Cambiando  Texas por Chicago, el rancho por el barco y Bush por Merkel, la historia se repite.
Los escalofríos son los mismos que cuando escuché a Aznar decir en una entrevista dirigida por Ernesto Sanz De Buruaga en Antena3: "Puede usted estar seguro, y pueden estar seguras todas las personas que nos ven, de que les estoy diciendo la verdad: el régimen iraquí tiene armas de destrucción masiva, tiene vínculos con grupos terroristas y ha demostrado a lo largo de la historia que es una amenaza para todos". 


Aquella fórmula trajo como resultado la mayor tragedia de la historia reciente de este país.
Hasta que identifiquemos y contabilicemos las víctimas de esta.


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