BENEFICIARIO Y SUMISO
Hoy he recibido una carta a nombre de mi hijo en la que el mismísimo Presidente
de la Comunidad de Madrid le comunicaba que ha sido beneficiario de una beca de
1.800 euros por estudiar Formación Profesional de grado superior en un centro
privado “autorizado”.
Mi hijo ha sido uno de esos 18.000 jóvenes que este curso se ha quedado
sin poder realizar la Formación Profesional en un centro
público, pese a haber presentado seis opciones. Se ha visto obligado a elegir
entre no formarse o pagar 7.000 euros de matrícula en un centro privado.
En la familia decidimos afrontar ese coste.
En su afán por aliviar la carga económica del curso y animado por la
secretaría del centro, decide optar a una beca por si pudiera sufragar una parte.
Y aunque la lógica diría que no debería cobrarla porque los ingresos
familiares son de esos que algunos llaman privilegiados, he aquí que recibe la
carta del Presidente felicitándole por su suerte.
La causa se encuentra en la misma norma de adjudicación de becas.
Importe de las becas:
• Aquellos beneficiarios que tengan una renta per cápita hasta 5.590
euros habrán obtenido una beca de 2.900 euros para todo el curso escolar.
• Aquellos beneficiarios que tengan una renta per cápita de 5.590,01
euros hasta 7.455 euros habrán obtenido una beca de 2.500 euros para todo el
curso escolar.
• Aquellos beneficiarios que tengan una renta per cápita de 7.455,01
euros hasta 9.318 euros habrán obtenido
una beca de 2.100 euros para todo el curso escolar.
• Aquellos beneficiarios que tengan una renta per cápita de más de
9318,01 euros habrán obtenido una beca
de 1.800 euros para todo el curso escolar.
• Aquellos beneficiarios que hayan acreditado ser perceptores de la
Renta Mínima de Inserción o encontrarse la familia en una especial situación
socioeconómica justificada mediante informe de los Servicios Sociales
Municipales, habrán obtenido una beca de
3.500 euros para todo el curso escolar.
Solamente se tiene en cuenta, a la hora de conceder las becas, la capacidad
económica de la unidad familiar.
Al contrario que en la escuela pública, no es necesario historial
académico, ni baremos sociales. Con presentar la matrícula y la declaración de
la renta, siempre que el centro sea “autorizado”, te asignan directamente tu
beca.
Es una burla en toda regla.
El remate viene en el párrafo final de la carta en el que el ínclito informa
de que “la Comunidad de Madrid sigue
realizando un gran esfuerzo para prestar su apoyo a los alumnos y sus familias,
por lo que en los próximos dos años destinaremos 22 millones de euros a becas
para estudios de formación de grado superior, para favorecer la libre elección
y la igualdad de oportunidades en el acceso a una FP de calidad…”
Igualdad de oportunidades… ¿Cuántos jóvenes de esos 18.000 se habrán
quedado sin estudiar Formación Profesional de grado superior por no poder sus
familias, ni siquiera plantearse que lo hicieran en un centro privado? ¿Es el
mismo esfuerzo el que realiza una familia que ingresa 20.000 euros que la que
ingresa 200.000?
Libre elección… ¿Cuántos alumnos y alumnas que hoy están en la privada
habían elegido pública y se han quedado sin plaza?
Han creado un escenario en el que ganan las empresas “autorizadas” porque
les generan alumnos y alumnas que de otra manera no serían “clientes” suyos.
En el que ganan las familias con ingresos altos y que, de todas formas,
iban a optar por centros privados para la formación de sus vástagos, cuestión
legítima si no se llevaran una parte del dinero público robado de la pública.
En el que pierden indudablemente las familias más pobres que, además de
sentir el pesar de no poder pagar estudios de FP a sus jóvenes, se ven
humilladas con la oferta de subvencionarles 3500 euros si ellos dejan de comer,
de pagar agua, luz, gas para pagar los otros 3500.
En el que pierden las familias que defienden la pública y que se ven
obligados a hacer un gran esfuerzo para conseguir pagar esas cuotas.
En el que pierden decenas de profesores y profesoras que ven peligrar su
puesto de trabajo.
En el que pierde toda la sociedad que paga impuestos, porque una parte de
ellos “se abonará directamente al
centro donde cursan sus estudios”
(sic) los que sí pueden pagarlos.
Señor Presidente: Yo no me siento beneficiario sino víctima.
Es verdad que, menos víctima que los que se han quedado sin opción para
formarse, que los que se han quedado sin beca para comedor de sus hijos, que
los que no pueden pagar el material escolar, ni el transporte. Menos víctima
que el profesorado que se ha quedado en la calle por su política de
concentración y cierre de aulas. Menos víctima que los trabajadores de los
servicios de comedor y apoyo escolar que ha fulminado con sus recortes.
Señor Presidente: Le exijo que devuelva esos 22 millones a la Escuela
Pública y los utilice en paliar las situaciones que acabo de mencionar. Ya
decidiremos nosotros si nos mantenemos o
no en su centro “autorizado”.
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