GENTES DE BIEN



Estoy convencido de que la gran mayoría de las personas que lean esto, se considerarán lo que algunos llaman “gente de bien”.
De esa gente de bien que se preocupa de poder vivir dignamente de su trabajo, de atender sus obligaciones como ciudadano y que espera del resto de la sociedad un trato respetuoso.
De ese tipo de gente de bien que no se levanta por las mañanas pensando en divertirse destrozando mobiliario urbano, en trasgredir normas, ni mucho menos en cometer delitos.
Por supuesto ninguna persona de las que se interese por este blog habrá participado en el blanqueo de dinero, ni en actuaciones prevaricadoras, ni ha desviado dinero público, ni lo ha malversado, ni ha practicado cohecho.
Gente de bien en general. No tenemos por qué temer a la ley, ni siquiera a sus modificaciones porque somos gente de bien.
Solo hay un problema. No todo el mundo tiene el mismo concepto de gentes de bien.
Para quienes hoy dirigen políticamente este país además hay que cumplir otras condiciones.
El silencio, la resignación, el acatamiento y la pleitesía son otras condiciones que le exigen a la gente de bien.
Y si no cumples estos requisitos, estás en el objetivo.
No reconocer la autoridad del más fuerte, denunciar la agresión del poderoso, afrontar con firmeza el pulso del dignatario, te convierte en un elemento peligroso para los amantes del orden y protectores de las gentes de bien.
Cualquier medio es justificable para proteger a las gentes de bien. La violencia desde el poder es justificable, la mentira desde la tribuna es justificable, la intervención en la justicia es justificable.
Armando, José, Enrique, Jero, Rodolfo, Tomás, Edgar y Raúl se creían gentes de bien, pero el pasado 11 de febrero se dieron cuenta de que no lo eran.
Son trabajadores con decenas de años de antigüedad, con centenares de movilizaciones en sus espaldas, con miles de horas de negociaciones  y cientos de acuerdos en sus manos.
Pero el 29 de septiembre de 2010 al amparo de la Huelga General no se acostaron para hacer temblar a las gentes de bien.
Temprano se fueron a su empresa para preparar su ataque contra los que nada debían temer. Sólo la contundente actuación de la autoridad truncó sus planes. Las brechas, los disparos, la carga policial eran necesarios para proteger a las gentes de bien.
Y la justicia ahora cumplirá con su designio.
La petición de 66 años de condena a estos ocho trabajadores es lo más alarmante, pero lo más indignante es que la mayor parte de esa petición es por atentar contra los derechos de los trabajadores.
Que las gentes de bien se sientan seguras.  Sus derechos están bien protegidos...
Mientras sigan siendo gente de bien.

Comentarios

  1. Efectivamente: la gente de bien se caracteriza por no hacer nada o por no hacerlo más que para sí. ...Y ese silencio cómplice...

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  2. En otras situaciones me he considerado, y los que no andan en corruptelas me han considerado, gente de bien. No me preocupa que bajo este régimen golpista pase a compartir solidariamente la lista de los compañeros imputados por participar en la Huelga General. A cualquier persona de bien, de los de antes, nos hubiera podido pasar en aquella jornada....y en las que puedan venir.

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