EL PRECIO DE LA DIGNIDAD EN POLÍTICA
Soy consciente de que denunciar una actitud
antiética de un cargo público, pagado con presupuestos públicos, puede
alimentar esos discursos peligrosos de que todos son iguales y de que en la
política solo hay aprovechados que están en esto para vivir a costa de los
demás.
Pero si hoy lo hago, es precisamente porque
creo que denunciarlo públicamente es la única manera de poner en evidencia a
aquellos que lo son y tratar de diferenciarlos de los que no lo son.
Es cierto que deberían ser las propias
organizaciones en las que militan estos personajes las que deberían depurar las
actitudes. Sin duda, el crédito que ganarían haciéndolo contrarrestaría
ampliamente el daño que pudiera haber hecho tenerlo en sus filas.
Pero nunca es el momento de reconocer un
garbanzo negro entre los nuestros. Nunca se dan las oportunas circunstancias
para afrontar el conflicto que genera la decisión de dejar sin cobertura
organizativa a quien no cumple con su obligación.
Ni tan siquiera en el caso en el que hay
consenso formal de todos los órganos de dirección, como está pasando en Izquierda Unida de Parla.
Ni tan siquiera con una persona que en su día
dimitió de su cargo (el no renumerado) porque no se hacía lo que ahora se ha
propuesto y acordado.
En 2011, tras las elecciones municipales IU
llegó a un pacto con el PSOE para gobernar el municipio de Parla.
Fruto de aquel acuerdo los cuatro concejales
de la coalición formaban parte del gobierno municipal, liberados y con salario
del presupuesto.
Pocos meses más tarde el acuerdo saltó por
los aires como consecuencia de la decisión unilateral e innegociable del
Alcalde de Parla de despedir a 66 trabajadores y trabajadoras de la plantilla
municipal.
Bajo mi punto de vista, la impecable
coherencia de romper el pacto de gobierno se vio lastrada desde entonces por la
inexplicable decisión de mantener las cuatro liberaciones a pesar de no
mantener las responsabilidades de gobierno. Máxime en un municipio con una
situación económica catastrófica, donde la responsabilidad en la gestión de los
dineros públicos requiere el mayor de los rigores y eficacia posibles.
Unos meses después, el coordinador
de IU dimitió de su cargo en el partido y de su labor como portavoz de su grupo
municipal por, precisamente, no estar de acuerdo con esta situación. Manifestó
públicamente en entrevistas y declaraciones a la prensa que él no estaba de
acuerdo con mantener las cuatro liberaciones.
Sonroja ver cómo esa misma persona, cobra
ahora directamente por decisión personal y unilateral del Alcalde (del PSOE),
tras haberse decidido en su organización anular la liberación desde el pasado
mes de Noviembre.
Escandaliza más ver cómo se humilla en una
intervención en el Pleno municipal defendiendo las liberaciones para su grupo
municipal.
Pero aún deja más perplejo lo que parece la
re-edición del acuerdo entre PSOE y el nuevo coordinador local de IU para el
mantenimiento de todas las liberaciones.
No sabemos qué tipo de amenaza esgrime
Antonio Sánchez Santos para mantener su sueldo de concejal liberado a cargo de
la propia Alcaldía y contra la decisión de toda la estructura de su
organización.
Ante la falta de transparencia y la ausencia
de explicaciones públicas por todas las partes implicadas me siento legitimado
para sospechar que no tiene nada que ver con la ética, ni con la dignidad, sino
con todo lo contrario.
Mientras se pongan por delante de estos
valores el tactismo, el cortoplacismo, y los intereses particulares o de grupo,
se seguirá abonando el discurso de que los políticos son casta o una clase
diferente al resto de la población.
Somos mucha gente quienes no compartimos ese
discurso, los que militamos porque defendemos
la dignidad en política y nos negamos a avalar esas conductas. Somos muchos y
muchas quienes nos vemos atrapados entre el silencio impuesto por la
organización y la denuncia.
Ocultando los hechos no se evita que se
produzcan. Denunciándolos públicamente seremos acusados de deslegitimar la
política y de deslealtad.
Apuesto por la política como medio para
mejorar la vida de mis vecinos y vecinas, y me niego a ponérselo fácil a
quienes la utilizan como medio de vida a cualquier precio.
Chapeu por tu artículo.
ResponderEliminarEnhora buena Jaime. Tu actiud y valentia nos honra y dignifica. Me siento orgullosa de ti y de tantos, si, aun por suerte, tantos como tu y comparto absolutamente tu refexion. Un fraternal abrazo, compañero. ¡ah y con tu permiso, comparto. Inma.
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